La gallina Brahama es una gallina de gran tamaño de origen principalmente asiático.
Corresponde a una mezcla de distintas razas que se internaron a américa, y que se cruzaron con la intención de lograr un ave de mayor peso para producción de carne. Las razas que más influyeron en el origen de esta especie, son Shangais – mejor conocidas como Cochinchinas – y Malaas o Malayo.
La gallina Brahama es una de las especies más grandes en el género, con un cuerpo potente, voluminoso de un pecho bastante ancho y un abdomen bien desarrollado. La cabeza es pequeña al igual que la cresta, donde destaca un pico en forma de guisante y unas cejas marcadas que le dan una imagen imponente en el rostro.
Poseen un plumaje abundante que se extiende hasta las patas y un carácter muy dócil a pesar de su tamaño, y muy buenas madres en el caso de las hembras.
Su plumaje puede variar en colores, y no se limita sólo a algunas tonalidades, lo cual otorga una variedad muy entretenida a la hora de dedicarse a la crianza de este tipo y raza de ave de corral.
Contrario a su voluminoso cuerpo, sus huevos son más bien pequeños en proporción al tamaño del cuerpo, con una punta aguda en uno de sus extremos y la cáscara de un color rosado o café claro.
Los machos de esta raza son ligeramente más grande que las hembras, sobretodo en altura. Son bastante imponentes y generan respeto con su sola presencia. Sin embargo, son muy domesticables y se acostumbran rápidamente a sus dueños. No son de naturaleza agresiva, como equivocadamente podría percibirse por su apariencia.
Tanto hembra como machos tienen un rostro que pareciera amenazante en su mirada, pero – de nuevo – es sólo algo aparente y predomina lo mansedumbre.
Podría decirse que ante la sencillez de su carácter, son un blanco fácil para depredadores, y es quizás por eso que la sabia naturaleza les ha otorgado un tamaño e imagen imponente que los proteja en su debida libertad.